Para los usuarios de anteojos, tener un segundo par a mano puede sacarlos de situaciones difíciles y darles seguridad cuando más lo necesitas. ¿En qué situaciones son imprescindibles? ¿De qué pueden salvarte?
Tener un segundo par de anteojos es una de las decisiones más inteligentes para quien tiene necesidad de usarlos: no solo te permite cambiar tu look, sino que en situaciones difíciles puede ser de gran ayuda, como cuando no encuentras tus anteojos principales, o cuando se te rompen y resulta que no puedes ver sin ellos. Hay gente con visión muy deficiente que no puede estar sin anteojos, les resulta difícil manejarse y se sienten indefensos sin ellos. Y en casos extremos de mala visión, un segundo par de anteojos puede salvar vidas en caso de emergencia.
En casos de personas que usan lentes de contacto, deberían considerar tener un par de anteojos de repuesto, ya que es común perder uno de los lentes, en especial durante las vacaciones. Así que si dependes de tus lentes de contacto para ver, deberás pasar parte de tus vacaciones buscando un médico que te haga una receta para poder hacerte lentes nuevos, y a veces, en el extranjero, no resulta nada fácil encontrar un par de repuesto.
En muchas situaciones y lugares, tener un par de anteojos de repuesto correcto garantiza una buena visión, adaptada a las condiciones existentes, en especial si se realizan actividades al aire libre (anteojos de sol), o deportes (anteojos especiales para actividades deportivas).
También el segundo par es útil para las personas con presbicia que usan lentes progresivos: usar lentes de lectura produce una sensación relajante, gracias a su amplio campo de visión específico para el rango de cerca. Como puedes ver, invertir en un segundo par de anteojos tiene muchas ventajas, además de que te hace sentir mas seguro.
