Cuidá tus ojos en verano

Cuando estás de vacaciones, las actividades al aire libre y deportivas ocupan la mayor parte del tiempo. La radiación solar es más intensa y hay más horas de luz, por lo que permanecemos en espacios exteriores durante más tiempo. Este es tan solo uno de los cambios que pueden afectarte, y más aún si tienes los ojos claros. También te exponés a la brisa, al aire acondicionado y al cloro de las piletas, entre otros factores.

-Las radiaciones solares incluyen los rayos UVA, UVB y UVC. Este tipo de energía ejerce un efecto más potente de lo que parece, pudiendo causarte conjuntivitis y quemaduras en la córnea. Además, acelera ciertas enfermedades relacionadas con el envejecimiento, como las cataratas y la degeneración de la retina.

Es aconsejable usar anteojos con filtros de protección solar (incluso los niños!), comprados en ópticas especializadas (¡no compres en la vía pública!). También es conveniente que lleves un sombrero de ala ancha cuando te encuentres al aire libre.

-El agua marina o de las piletas es otro factor a tener en cuenta. La arena, la sal y el cloro pueden irritar los ojos y causarte conjuntivitis, enrojecimiento, fotofobia, escozor o sensación de cuerpo extraño. A su vez hay infecciones, especialmente las de origen viral, que pueden desencadenar alguna enfermedad relacionada. La recomendación en estos casos es usar anteojos (antiparras) de natación para impedir el contacto con el agua.

Estar expuesto al viento y al aire acondicionado resta humedad a la conjuntiva. Las molestias que se producen son escozor y parpadeo continuo. La manera de prevenirlas es el uso de gotas lubricantes recetadas por un especialista en salud visual para lo que se denomina «ojo seco».

La práctica de ciertos deportes en los que se usan pelotas (desde fútbol hasta tenis, por dar unos ejemplos) puede propiciar que recibas un golpe que lastime al globo ocular. Y estos traumatismos son un motivo frecuente de consulta a los especialistas de la salud visual. Su gravedad es variable, pudiendo llegar a ser extremadamente graves.

La prevención en estos casos es con el uso de anteojos de protección. Los hay específicos para cada tipo de deporte, pero en general deben estar fabricados con un material muy resistente y presentar un diseño curvo a fin de que se ajusten a la perfección a la cara. Una banda de goma que pase por detrás de la cabeza asegurará que no se caigan con los movimientos bruscos.

Como verás, hay muchos factores a tener en cuenta para proteger tus ojos durante el verano. Seguí nuestros consejos, y pasá unas vacaciones más divertidas y tranquilas.

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