Unos anteojos bien cuidados te pueden acompañar por años, ya que tratarlos bien no solo extiende su vida útil, sino que ayuda a los anteojos para que sirvan a su objetivo principal de ayudarnos a ver bien!
Cuando recién compramos nuestros anteojos los cuidamos como si fueran recién nacidos, pero la verdad es que a los pocos meses (o pocas semanas) ya los tratamos sin ningún cuidado. A continuación te damos una lista de cosas que NO debes hacer, pero que seguramente alguna vez hiciste:
- No debes ponerte los anteojos arriba de la cabeza, detrás de la nuca, colgado del cuello o del borde de la remera!
- No debes limpiar tus anteojos con cualquier pedazo de tela que esté cerca (bufanda, blusa, corbata o vestido).
- No debes meter los anteojos dentro de tu cartera, mochila o maletín sin estuche!
- No debes sacarte los anteojos hacia los costados, siempre hacia delante: Esa es una de las razones más comunes por las cuales se rompen las patillas de los anteojos.
- Por último, debes limpiar la montura todos los días, no solo los lentes. Este es un error común, pero una manera de preservar los anteojos es aseando el armazón, junto con las patillas, todos los días.
¿Cuál es la manera correcta de lavar los anteojos? Presta atención a los siguientes consejos:
Una manera de lavar los anteojos es bajo el chorro suave de agua de canilla, y con los dedos enjabonados con un jabón suave frotar suavemente los cristales. Para secarlos usa un paño de fibra suave o de algodón. Secalos minuciosamente para evitar que quede agua en zonas metálicas que podrían arruinarse si quedan mojadas. También podés aprovechar algunos productos de venta en ópticas que están especialmente formulados para limpiar sin dañar los cristales de las gafas, como paños de microfibra y sprays pensados para limpiar de forma rápida y eficiente los anteojos.
