La compra de un anteojo de sol no implica solo la apariencia o cómo complementará el look, un buen anteojo de sol con filtro de protección UV puede ser todo lo que nos ayude a prevenir afecciones oculares causados por los rayos dañinos del sol.
Los rayos solares pueden producir daño en distintas partes del ojo: opacar el cristalino y generar cataratas, o provocar degeneración macular y maculopatía solar, que suelen ser irreversibles y producen disminución de la visión permanente, o incluso melanoma ocular y tumores en la piel de los párpados.
Por eso es importante elegir el anteojo adecuado: los anteojos oscuros provocan la dilatación de la pupila, que en condiciones de oscuridad se agranda, y esta es la puerta de entrada de la luz al ojo. Al agrandarse la pupila entran más rayos ultravioletas, y si los filtros son de mala calidad y no logran filtrar la luz, entra una mayor cantidad de rayos y provocan mayor lesión en el ojo.
Hay diferentes grados de filtros ultravioleta para diferentes categorías de exposición a la luz solar porque no es lo mismo la exposición en una ciudad, una playa o incluso en la nieve. Para saber cuál conviene usar, es sumamente importante comprar los anteojos en ópticas oficiales y reconocidas, donde puedas recibir asesoramiento sobre los diferentes tipos de cristales, colores y filtros que puedas incorporar a tus lentes.
Estas recomendaciones también aplican a los niños, que suelen pasar más tiempo al aire libre en vacaciones y, por tanto, están más expuestos a sufrir afecciones en sus ojos.
Otro factor importante, que aflora en esta época del año, es el de la venta de anteojos de sol truchos en la vía pública: cada año se comercializan millones de estos anteojos, en especial en la Costa Atlántica, sin cumplir con la norma ISO que garantiza la protección ocular de las personas.
Usar un anteojo de sol trucho es usar un vidrio pintado, con peores resultados que no usar ninguna protección, ya que estos vidrios no tienen filtro y dejan entrar directamente los rayos nocivos del sol en el ojo. Para evitar ser engañados, verifica la categoría de la lente y que tenga la certificación del fabricante, que se puede solicitar directamente en el punto de venta.