En el mercado óptico hay muchos estilos de lentes, que se pueden clasificar en tres grupos: monofocales, bifocales y progresivos. Los monofocales se destacan por tener la misma graduación en toda la superficie del lente, y sirven para corregir cualquier ametropía, como astigmatismo, miopía, hipermetropía o presbicia.
Los lentes monofocales son prácticos y cumplen su función en aquellas personas que sólo tienen un problema de la refracción. Cuando coincide, por ejemplo, que una persona tiene miopía y vista cansada, entonces se recomienda el uso de lentes bifocales o progresivos.
Dentro de la gama de lentes monofocales, los hay de diferentes materiales o características, por ejemplo: Sigue leyendo