Los anteojos hoy en día además de corregir un problema visual
también cumplen una función estética; hay que tener en cuenta la prescripción, para seleccionar el armazón acorde con el usuario y con la graduación, además del color con relación al tipo de tez, la forma del rostro y color de cabello.
Es importante que la persona recurra a una óptica seria, y que cuente con tecnología, instrumentos de precisión y ópticos técnicos preparados para confeccionar los anteojos de acuerdo a la prescripción del oftalmólogo.
Si acude a comprar en lugares no especializados en el tema puede encontrarse con sorpresas desagradables como:
– Los anteojos que se venden en la calle carecen de seguridad, pues no poseen las medidas adecuadas, ni la distancia interpupilar que el usuario precisa.
– Los cristales de los anteojos están confeccionados con un material inadecuado, acrílico, que con nuestro clima se deterioran con facilidad, ocasionando mayores daños.
– El material del armazón con el que están fabricados puede ser un metal dañino que provoca dermatitis.
– Hacer una mala elección o comprar lentes que carecen de filtro solar puede resultar contraproducente para la salud visual, incluso acelerar el curso de problemas de miopía, astigmatismo o incrementar el riesgo a la exposición de los rayos ultravioletas.
Esto último es un factor que provoca la aparición de cataratas.
Fuente: abc Sabercomo No juegues con tus ojos Tengo presbicia